Al ser la velocidad de la luz infinita cuanto más lejos esté la galaxia o el objeto, más tarda su luz en llegarnos.

Su tamaño es muy pequeño, se podría determinar que es minúsculo comparado con otras galaxias. Es por ello que los astrónomos recurren a espectrógrafos cada vez más sensibles situados en telescopios  en la tierra, capaces de medir el desplazamiento al rojo de la luz de la galaxia que es proporcional a su distancia.

Éstos descubrimientos aportan pistas sobre el nacimiento del Universo y dan lugar a deducciones con respecto a que pueden albergar zonas con una formación de estrellas más intensa de la que se creía.