En 2012, el investigador japonés Shinya Yamanaka protagonizaba un avance sin precedentes en medicina regenerativa al lograr un retroceso en las células adultas humanas hasta su estado embrionario
a través de la inserción de cuatro genes en las mismas. Un año después,
un equipo de científicos españoles del Centro Nacional de
Investigaciones Oncológicas (CNIO) se valió de este método para alcanzar
otro importante hito: rejuvenecer las células dentro del propio organismo adulto (en ratones) sin necesidad de recurrir al cultivo in vitro. Un nuevo trabajo publicado hoy en la revista Nature vuelve a revolucionar el campo de la biomedicina al devolver las células adultas a los 5 días de edad con solo sumergirlas en un preparado ácido.
El
trabajo, llevado a cabo por un equipo japoamericano, ha demostrado que
introducir una célula adulta de ratón en una solución muy ácida (con un
pH muy bajo) provoca que ésta vuelva a un estado muy similar al
embrionario. Se trata de la primera evidencia de que un estímulo externo, en este caso de estrés ambiental, puede reprogramar las células somáticas
de los mamíferos y capacitarlas para crear nuevos tejidos a imitación
de las plantas, que pueden generar nuevos brotes a partir de esquejes.
La inventora de este procedimiento, Haruko Obokata, ha tardado cinco
años en obtener resultados definitivos. En su experimento, tomó células
sanguíneas de ratones y las expuso a multitud de ambientes hostiles:
falta de oxígeno, pH ácido... Los resultados mostraron que, al sumergir
el cultivo en una solución ácida, las células resultantes poseían
características similares a las de las células embrionarias, ya que, al trasplantarlas después en un embrión de ratón, se infiltraron en todos los tejidos del nuevo organismo.
Estas se incorporaron incluso a las capas de la placenta, algo impropio
de las células madre embrionarias comunes y que revela su infinito
potencial regenerativo.
Al no requerir la manipulación genética de la célula, esta técnica de reprogramación se erige como la más barata, segura, simple y rápida
ideada hasta la fecha, lo que podría convertirla pronto en una realidad
médica. No obstante, algunos especialistas en medicina regenerativa se
muestran todavía escépticos respecto a la superación del premiado método
de Yamanaka.
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